¿Cómo Puerto Rico puede salir de la designación de recipiente de fondos federales de alto riesgo?
Mientras las primeras planas de todos los medios en Puerto Rico resaltan la lentitud en el desembolso de fondos federales para la recuperación, resulta interesante que se deja en un segundo plano el desempeño reciente y no tan reciente de quienes lideraban diversas entidades públicas que malversaron subvenciones. El tracto sucesivo de Puerto Rico en cometer errores con fondos federales tiene un “hit parade.”
Pareciese que ya paso al álbum del olvido el caso de EPSCOR de la Universidad de Puerto Rico donde la ausencia de informes de tiempo y esfuerzo resultaron en la congelación de fondos por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF), resultando en una transacción de $1.8 millones. Asimismo, el caso de Crece 21 y el vente tú de Julia Keleher y BDO entró en una pausa de comerciales digno de cualquier canal del país. Muy desapercibida resultó la noticia de la investigación en agosto del corriente por parte de la Corporación Nacional para el Servicio Comunitario (CNCS), que establece el programa de voluntariado AmeriCorps, donde detuvieron el desembolso de fondos precisamente por los casos de corrupción. Que tampoco se nos olvide que el Departamento de Educación ha tenido que devolver dinero, y la Policía también.
Si miramos en retrospectiva, cada caso de mala administración de subvenciones federales fue producto de la falta de controles internos, deficiencia en políticas y procedimientos claros, pero, sobre todo, una interpretación relajada de los procesos de compra o procurement. Entre las políticas mas endebles fue la de conflictos de interés.
Definitivamente existe una burocracia en gobierno federal y el proceso de reconstrucción. Pero el afirmar que “no sabemos porque el Congreso decidió imponer esta restricción adicional al desembolso de estos fondos” resulta pecar de iluso. Solo busque la reacción del Senado. Antes de comenzar el proceso de reconstrucción FEMA tenia bastante relación para calificar a Puerto Rico como jurisdicción de alto riesgo, y la Administración Desarrollo Urbano y Vivienda (HUD) esta arrastrando los pies y pidiendo salvaguardas, por que ya conocía la reputación de la isla al respecto.
Ahora, ¿Cómo puede Puerto Rico salir de la designación de alto riesgo? ¿ Cuales deben ser las estrategias para asegurar los fondos federales? Aquí puede leer lo que expertos en otras disciplinas dijeron a los medios.
Aunque la Circular Uniforme de Requisitos Administrativos contenida en el titulo 2 del Código de Regulaciones Federales, Sección 200 (2 CFR 200), mejor conocida como la Súper Circular, no define expresamente lo que es Alto Riego (High Risk), se toman en consideración los siguientes criterios:
Una historia de desempeños insatisfactorio
Inestabilidad financiera
Tener un sistema de gestión que no cumple con los estándares gerenciales
No se ha cumplido con los términos y condiciones del aviso de subvención (grant award), o no es responsable
Sin embargo, el General Accounting Office (GAO) define Alto Riesgo como “las operaciones gubernamentales son de alto riesgo debido a sus vulnerabilidades significativas al fraude, al malgasto, al abuso y la mala gestión o que necesitan una transformación para afrontar
desafíos de economía, eficiencia o efectividad.” Esta definición toma en consideración la evaluación que hace el GAO precisamente de las agencias que otorgan subvenciones y para las cuales lleva mucho tiempo sugiriendo reformas y facilitar sus procesos.

Y por más que se rasguen las vestiduras, el gobierno de Puerto Rico, los municipios y cualquier entidad que vaya a ser recipiente de fondos federales tiene que asumir su responsabilidad de entender a que se obliga cuando recibe fondos. Cada organización en la “cadena de subvención” es responsable por velar por el desempeño del otro. Por tanto, eso requiere diseñar medidas dinámicas para recobrar la confianza del gobierno federal, pero sobre todo gestionar el riesgo futuro de malversación de fondos. Hay que establecer un plan de cómo atender una confidencia de malversación, a quienes les toca atenderla, y sobre todo como corregirla.
Por si las moscas, aquí van unas cuantas recomendaciones adicionales:
Establecer una estrategia para capacitar a todos los que habrán de intervenir con la administración de los fondos, especialmente a la alta gerencia de la entidad. La alta gerencia debe entender los pormenores de lo que se firma cuando se acepta la subvención, pero muy en especial leer y entender las guías que gobiernan la subvención.
Para las entidades publicas, ejecutar fielmente los 12 principios de Sana Administración según esbozados por la Oficina del Contralor de Puerto Rico, sirven de guía demostrada para manejar adecuadamente las subvenciones.
Entienda que los fondos federales van a atender un fin público que esta expresamente contenido en una ley federal.
Siga lo contenido en la propuesta sometida; ese es su plan de trabajo.
Planifique y obligue los fondos.
Con los fondos federales aplica la norma “pida permiso siempre, por que pedir perdón no vale.” Siempre que tenga una duda pregúntele a la agencia, por que al fin y al cabo el dinero es de ellos y su entidad lo administra para ellos.
Siempre someta los informes. Que no se le pase ni uno. Las entidades otorgantes quieren saber que se hace con su dinero y por consideración haga lo propio. Invariablemente hay oportunidad de corregir errores y defectos. De no haber noticias ni informes, su institución podría recibir una misiva del Inspector General de la agencia federal. Asimismo, dependiendo del atraso o la gravedad de la situación la agencia podría pedirle un Plan de Acción Correctiva.
Establezca un sistema para documentar resultados o indicadores de desempeño. Esto le facilitará el preparar los informes.
Haga un esfuerzo por aprender y entender el inglés. Los informes y comunicaciones con la agencia son en el difícil.
El ganarse la confianza del gobierno federal es una faena que no se hace de la noche a la mañana. Requiere tiempo, tener paciencia, pero sobre todo dedicarle muchísimo esfuerzo.